LAS MISIONES HELIOGRÁFICAS DE 1851.
Por Teresa Montiel Álvarez.
Le Gray y Mestral 1851 claustro de la Abadía de Saint-Pierre de Moissac
Palabras clave: Auguste Mestral, Édouard Baldous, Gustave Le Gray, Henri Le Secq, Hippolyte Bayard, Misiones heliográficas.
En la primera mitad de siglo XIX, la necesidad de conservar el patrimonio herencia del pasado, crea una conciencia de protección histórica y monumental de la identidad francesa. Para poder ejecutar éstas actuaciones, se empleará la fotografía como soporte documental preciso de las condiciones en las que esos bienes históricos habían llegado hasta ese momento, descubriendo facetas ocultas de los mismos, no conocidas hasta entonces.
Primeras consideraciones del patrimonio.
El 2 de noviembre de 1790, el ministro Talleyrand-Périgord[1] adopta un decreto por el cual tras la nacionalización de los bienes de la iglesia un año antes, se impone la necesidad de conservar los bienes que ya pertenecían al Estado. Esta responsabilidad será apoyada por el diputado François-Marie Puthod de Maison Rouge[2], uno de los primeros en alzar la voz respecto a la recuperación del patrimonio que había quedado arruinado tras los ataques iconoclastas antimonárquicos. No sólo se trataba de la simple conservación, sino de la centralización de los restos para su custodia. En ese mes de noviembre de 1790, se publica la declaración respecto a la conservación de monumentos, obras de arte, manuscritos y objetos mueble, que forman parte de los edificios eclesiásticos. Se creó la Commission des Monuments, formada por académicos y artistas que establecerán en el Convento des Petits-Augustins los restos de esculturas y objetos que quedaron de los destrozos populares, además de servir de depósito de los que se producirán tras el decreto de 14 de agosto de 1792, en que se ordena la supresión de símbolos del antiguo régimen, con especial ensañamiento de las tumbas reales de Saint Denis, de las cuales intentará recuperar, custodiar y poner a salvo Alexander Lenoir[3], nombrado guardián de los bienes depositados en dicho convento.
El museo del convento cierra en 1816, con la vuelta de la monarquía a Francia, y las colecciones que habían sido custodiadas, se dispersaron. Para entonces el museo, a pesar de haber sido origen y lugar de conciencia de la recuperación del patrimonio, era considerado como un lugar de arte de cementerio, con piezas apiladas unas encima de otras[4].
Ya en la primera mitad de siglo XIX, la consideración romántica de pérdida del pasado, se introduce en el ideario de artistas y conservadores, que buscan retener, de alguna manera, tiempos anteriores, que remitan a la gloria del país a través de sus monumentos y de los restos que aún quedaban en pie. Con esta idea, en 1820 el barón Isidore Taylor[5] emprenderá una obra monumental: “Viajes pintorescos y románticos de la antigua Francia”, que a lo largo de 58 años, entre 1820 a 1878, recorrerá los rincones franceses, rescatando su patrimonio arquitectónico por medio de los textos de Charles Nodier[6] y Adolphe de Cailleux[7], y los 7.000 grabados y litografías dedicados a fortalezas, catedrales, claustros, châteaux o campiñas de Normandía, Languedoc, Picardía o Champagne. Cualquier referente arquitectónico relacionado con el pasado francés, se refleja en la obra, siendo considerado como uno de los primeros inventarios patrimoniales franceses. Será permanente el uso del grabado por encima de la utilización de la fotografía, incluso a partir de la década de los cincuenta y hasta la finalización de la obra, cuando ya el uso de la misma para la documentación patrimonial estaba en pleno auge, como ocurrió con las Misiones Heliográficas[8].
Antes de llegar a 1837 en que se crea la Comisión de Monumentos Históricos, en 1817 se funda la Sociedad de Anticuarios de Francia con el propósito de estudiar los monumentos franceses en especial los medievales. En 1823 será la Sociedad de Anticuarios de Normandía de Charles de Gerville[9] y Arcisse de Caumont[10], la que comience a confeccionar un catálogo de edificios clasificados por cronología. Diez años más tarde, en 1833, Arcisse de Caumont fundará por su parte la Sociedad Francesa de Arqueología, de gran importancia por su significado en cuanto a los estudios e investigaciones de conservación de edificios y monumentos, con la publicación de monográficos y celebración de congresos dedicados, lo que supuso la inspiración en otras zonas francesas para crear otras sociedades arqueológicas paralelas a la general.
En 1830 se designa la figura del Inspector de monumentos históricos con la intención de realizar un inventario de monumentos susceptibles de ser protegidos. Comenzó en esta tarea Ludovic Vitet[11], pero será Prosper Merimée[12] quien a lo largo de casi treinta años desempeñará una gran actividad durante los años que estuvo en su cargo.
En 1835, se crea finalmente el Comité de Artes y Monumentos por parte del gobierno, donde se realizan también los estudios de protección e inventarios de monumentos, y que será muchas veces quien se enfrente a la Comisión de Monumentos Históricos, fundada en 1837, y dependiente del Consejo de Edificios Civiles. Este órgano será el que supervise las intervenciones de restauración en los edificios designados, que en 1840 alcanzaba el número de 1.034 monumentos datados. En su conservación y restauración, predominaban los restos del alto y bajo medievo, siendo en éste momento en el que el nombre de Viollet le Duc será el más emblemático en cuanto a sus intervenciones, teorías y filosofía restauradora[13].
Missions Heliographiques.
En 1851 la Comisión de Monumentos Históricos selecciona a cinco fotógrafos para que realicen un inventario fotográfico de monumentos de diversas zonas francesas, para sopesar el estado y urgencia de restauración y conservación necesarias. El 29 de junio de este año, y por medio de la revista Le Lumiere, órgano oficial de la Asociación Heliográfica[14], aparecen nombrados Édouard Baldous, Hippolyte Bayard, Gustave Le Gray, Henri Le Secq y Auguste Mestral, que trabajaran en 120 lugares y en 47 departamentos. Se harán cargo, y con mayor hincapié, en las ubicaciones de estructuras galo–romanas, y las alto y bajo medievales, ya que los edificios renacentistas a pesar de ser documentados en la zona del Loira, no son aún una preocupación para la Comisión.
Hay que tener en cuenta que la influencia del cristianismo en el ideario romántico en este momento, es de un peso importante, y más en cuanto a que las sociedades arqueológicas y científicas también de gran ascendiente, incidían en la conservación de las raíces fundacionales francesas. La representación medieval, era el reflejo de la creación del genio francés, a lo que también ayudará, en gran parte, la obra promovida por el Barón Taylor “Viajes pintorescos y románticos de la antigua Francia” –anteriormente mencionada– en esta intención conservativa.
Auguste Mestral, el más desconocido de los cinco fotógrafos, formó la única pareja del grupo con Gustave Le Gray, que para entonces ya se había labrado un nombre en ésta disciplina. Se ocuparon del centro–sur y suroeste del país, la zona de los castillos del Loira, y de las iglesias románicas del camino de Santiago, las zonas de Albi, Perpiñán, Le Puy, Clermont-Ferrand y destacando la ciudad de Carcassonne, cuando aún no había sido intervenida en la polémica restauración por Viollet le Duc, y que es reconocida como la mejor parte de su trabajo.
Así mismo, combinan las vistas convencionales, donde sólo se documenta el edificio, con las que se recrean en los juegos de luces y sombras de las edificaciones medievales. Le Gray era dado a estos contrastes que ya había practicado en los bosques de Fontainebleau, así como el del paisajismo y de marinas, del que se considera inaugura este tipo de género y que es claro influjo de su pasado como pintor cuando asistía como discípulo de Paul Delaroche. En el estudio del pintor tuvo como compañeros a Gustave Le Gray, Charles Negré y Roger Fenton, los cuales desarrollaron posteriormente una exitosa carrera como pioneros de la fotografía.
Le Gray será el primer fotógrafo en exponer en el Salón de Bellas Artes de París en 1850, y conocido entre la alta sociedad francesa por su estudio de fotografía del barrio de la Madeleine, llegando a ser el fotógrafo oficial de Napoleón III el cual le encargará trabajos específicos como los del Campo de Châlons en 1857 o la visita a Palermo de 1858. A pesar de haber cerrado el estudio de la Madeleine, fue muy activo en las exposiciones de París, Londres o Marsella, finalizando sus días en el Cairo donde a partir de 1867 se instala como profesor de dibujo y pintura, falleciendo tras un accidente ecuestre.
Le Gray y Mestral 1851. Murallas de Carcassonne.
Hippolyte Bayard, muy activo en el desarrollo de técnicas de positivado, había perfeccionado el sistema de dibujos fotogénicos, consistentes en el positivo directo mediante el uso de la cámara oscura positivada en papel, lo que da lugar a grandes contrastes de blancos y negros y casi ausencia de escala de grises. Intentará que éste sistema fuese financiado por el gobierno francés al igual que había hecho con los daguerrotipos de Daguerre, pero al verse ninguneado por intereses mercantiles, dejará de lado este proyecto para utilizar los que posteriormente iban surgiendo por medio de las constantes investigaciones en este medio. Se encargará en la misión de la zona oeste en Bretaña y Normandía además de Rouen, Caen y Bayeux. Ese mismo año participará en la Exposición Universal de Londres de 1851.
Édouard Baldus fue enviado al sur y especialmente a fotografiar el Palacio de Fontainebleau, en el este, las iglesias medievales de Lyon y del valle del Ródano, y en Provenza los monumentos romanos, entre los más destacados el Pont du Gard, el Arco de Triunfo de Orange, la Maison Carrée en Nimes y el anfiteatro de Arles. Características de Baldus son la vistas arquitectónicas que transmiten una gran monumentalidad del edificio, como las obras de Nimes o Pont du Gard, representativas por su formato panorámico, especialmente ésta última con una gran profundidad de imagen gracias al uso del reflejo del agua. Baldus era un pintor alemán nacionalizado francés, que al contrario que muchos fotógrafos que llegaron a la fotografía procedentes de otras disciplinas artísticas, empezó a estudiarla para utilizar esos conocimientos en su trabajo como pintor. Durante una década reside en Nueva York, donde alterna la fotografía con la pintura religiosa. A su vuelta a París se centrará en la fotografía arquitectónica, como la documentación de la ampliación del Museo del Louvre donde a lo largo de 5 años obtendrá un total de 1500 negativos. En 1852 publica varios volúmenes que servirán de obsequio oficial para Jefes de Estado que visitan el país. Otro trabajo importante de Baldus será el encargo de James Rothschild de una serie de álbumes sobre la Compañía de Ferrocarriles del Norte de la línea París-Boulogne sur Mer, que publicará en diversos años.
En 1855, en la Exposición Universal de París, obtiene la medalla por las colecciones de vistas y paisajes de Auvergne. Posteriormente, participará en las Exposiciones Universales de Londres en 1862 y París de 1867, y en la misma capital, en las realizadas en el Palacio de la Industria en 1869 y 1874.
Baldus, Pont du Gard 1860
Henri Le Secq documentará las catedrales góticas del norte y este de Francia entre las que se encuentran las de Reims, Estrasburgo, Laon y Troyes. Le Secq como los anteriores se forma como pintor, en éste caso con Paul Delaroche y como escultor con James Pradier. En 1848 se inicia en la fotografía autodenominándose “pintor fotógrafo”, y como Baldus, se instruye en fotografía aprendiendo de Daguerre, para poder utilizar los originales fotográficos en sus obras como referencia, llegando a reunir una gran colección de vistas de catedrales francesas antes de su restauración. En 1842 expuso en el Salón de Bellas Artes de París, y parte de su trabajo, se publicó en los álbumes fotográficos del editor Blanquart-Evrard[15], entre 1848 y 1853.
Henri Le Secq 1851 Fachada sur de la catedral de Notre-Dame de Estrasburgo.
Entre el verano y otoño de 1851, los cinco fotógrafos, realizan exhaustivas labores de documentación de monumentos civiles y religiosos de las mencionadas regiones. 258 negativos volvieron a París, siendo entregados en la Comisión de Monumentos, para ser guardados sin dárseles publicidad ni publicación alguna. Esta actuación por parte de la Comisión, fue ampliamente reprochada por el crítico artístico Francis Wey.
Wey fue uno de los fundadores de la Societé Heliographique, para la promoción de la fotografía como una forma de expresión artística, así como para el reconocimiento del fotógrafo y su independencia como autor. Escribe en el número 1 de La Lumiere, un artículo en defensa de la heliografía[16]. La actuación de la Comisión fue el blanco de sus críticas, al no publicar una obra recopilatoria referida al patrimonio artístico francés –en un momento de auge tanto de la conservación, como de la restauración de la historia monumental– y mucho menos por menospreciar, de alguna manera, el uso de esta técnica en beneficio de los monumentos históricos franceses.
La revista La Lumiere será entre 1851 y 1867 la publicación que divulgará las bellas artes, heliografía y ciencia y se hará eco de las Misiones Heliográficas y de su trabajo. Creada por el valenciano Benito R. Monfort, a su vez fundador de la Sociedad Heliográfica, estuvo en sus manos la dirección de la revista entre el 9 de febrero al 29 de octubre de 1851, para dejarla posteriormente, y fundar la publicación El Cosmos, de componente más político, pero incidiendo en la divulgación científica y de las artes auxiliares de la industria.
Del conjunto de la obra realizada por los cinco fotógrafos, existen más ejemplares de los realizados por Le Gray y Mestral, que de los otros tres participantes. Eso ha servido para especular que los propios fotógrafos hicieran copias privadas de sus trabajos[17]. El propio Wey pudo ver ejemplares de los realizados por ambos fotógrafos, y hacía referencia en La Lumiere, en octubre de ese año, a una copia de la fotografía de la escalera del castillo de Blois la cual compara con la fuerza fantástica de los grabados de Piranessi.
Escalera del château de Blois 1851. Gustave Le gray.
Las fotografías de la misión que se encargaban de las esculturas de las iglesias y catedrales, se podían ver por vez primera con todo detalle. Ponían en valor anteriores grabados que solo podían intuir las formas esculpidas en las vistas de las fachadas, siendo ahora posible admirar la maestría de los antiguos constructores, al ubicar las figuras y contemplar el juego de sombras y luces de los templos.
Diferentes teorías han surgido al respecto de la no publicación de estas imágenes por parte de la comisión. La falta de presupuesto para la impresión de los negativos, es una de las principales, pero la más plausible es la de Naomi Rosenblum, por la propia concepción original del proyecto: la de pura documentación patrimonial de los monumentos, solo utilizada para el ámbito profesional de las actuaciones de conservación y restauración, como así fue con el equipo de Viollet le Duc a la hora de restaurar ciertos monumentos. Las imágenes de las misiones se utilizaron como guía visual en la intervención en los edificios, no estaban concebidas para una exposición pública, ni para ser visionadas como un elemento artístico o estético[18].
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BIBLIOGRAFÍA.
MALCOLM, D.:
-“The Photographs of Édouard Baldus”, Exhibition catalogue, New York, Metropolitan Museum of Art, 1994.
– “Mission Héliographique, 1851”, Heilbrunn Timeline of Art History, New York, The Metropolitan Museum of Art, 2000–. http://www.metmuseum.org/toah/hd/heli/hd_heli.htm (consultado 23/04/2015).
– “Gustave Le Gray (1820–1884)”, In Heilbrunn Timeline of Art History, New York, The Metropolitan Museum of Art, 2000.
MONDENARD A. de: “La Mission héliographique: mythe et histoire”, Études Photographiques, 2, Mai 1997. Disponible en: http://etudesphotographiques.revues.org/127. (Consultado 22/04/15).
QUATREMÉRE DE QUINCY, A.: Rapport fait au Directoire du Département de Paris, sur l’édifice dit la Nouvelle Sainte-Geneviève, et sur les mesures propres à le mettre en état de remplir sa destination nouvelle. París, l’Imprimerie royale, 1791.
ROSENBLUM, N.: Una Historia del Mundo de Fotografía (trad. de Americana edición 1984). París, Ed. Abbeville, 1992.
WAY, F.: “De l´influence de l´heliographie sur les beaux-arts”, La Lamiere, nº 1, 9 de febrero de 1851.
Lámina 5.
Notas:
[1] Polifacético estadista francés, sacerdote, político y diplomático se mantuvo en diferentes cargos entre el reinado de Luis XVI, durante la Revolución Francesa, en la etapa del Imperio Napoleónico y con la restauración monárquica.
[2] Oficial de policía y anticuario miembro de la Comisión entre 1790-1793 para la conservación de monumentos.
[3] Medievalista y conservador francés nombrado curador de los objetos religiosos en el convento de les Petis-Augustins.
[4] A. Quatremère de Quincy, Rapport fait au Directoire du Département de Paris, sur l’édifice dit la Nouvelle Sainte-Geneviève, et sur les mesures propres à le mettre en état de remplir sa destination nouvelle, pp. 84-85.
[5] Filántropo y viajero, relacionado con el desarrollo de las artes y el teatro.
[6] Escritor y bibliotecario francés impulsor del romanticismo en Francia.
[7] Escritor que fue subdirector del Museo del Louvre y posteriormente director General de Bellas Artes y posteriormente Ministro de Bellas Artes.
[8] Llamadas así por el uso del sistema de heliografía creado por Niépce. Fotografías conseguidas por el positivo directo por medio de la cámara oscura y diferentes materiales de soporte sensibilizado como papel, estaño, cobre o cristal, con un tiempo de exposición de ocho horas.
[9] Historiador y arqueólogo francés, primero en acuñar el término “románico” para designar a la arquitectura entre el final de Roma y el siglo XII.
[10] Arqueólogo francés fundador de diferentes asociaciones arqueológicas francesas.
[11] Político y escritor francés miembro de la Academia Francesa.
[12] Escritor y arqueólogo francés autor de la obra “Carmen” en la que Bizet se basará para su ópera.
[13] Para ampliar en la figura de Viollet le Duc ver MONTIEL ÁLVAREZ, T.: “John Ruskin vs Viollet le Duc”, ArtyHum, nº 3, 2014, pp. 151-160.
[14] Asociación fundada en 1851 por cuarenta artistas fotógrafos para el desarrollo e investigación científico y artístico de la fotografía, incluyendo el daguerrotipo.
[15] Inventor de la copia a la albumina y fundador de la Imprimerie Photographique dedicada a la publicación de libros de arte fotográficos.
[16] FRANCIS, W.: “De l´influence de l´heliographie sur les beaux-arts”, La Lamiere, nº1, 9/02/1851.
[17] MALCOLM, D.: Mission Héliographique, 1851. Department of Photographs, The Metropolitan Museum of Art. (23/04/2015). http://www.metmuseum.org/toah/hd/heli/hd_heli.htm
[18] ROSENBLUM, N.: Una Historia del Mundo de Fotografía, (trad. de Americana edición 1984). París, Ed. Abbeville, 1992, pp. 99-100.
Artículo publicado en ArtyHum:
MONTIEL ALVAREZ, Teresa: «Misiones Heliográficas de 1851» ArtyHum. Revista digital de Artes y Humanidades. ISSN 2341-4898, Nº 12, Mayo, Vigo 2015. pp 121-129
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